La vacunación puede ser un tema delicado por diferentes motivos: las percepciones individuales desempeñan un papel muy importante en la reticencia a la vacunación contra el Covid-19, que viene determinada por la exposición a información errónea, amplificada por los medios de comunicación, a veces también por la comunidad, y las autoridades sanitarias y sistema político. De hecho, la confianza del público en el gobierno y el sistema médico a veces puede resultar complicada.

A menudo, el miedo a la enfermedad y sus posibles complicaciones, o conocer a alguien que murió a causa de Covid-19, tendrá un impacto positivo en la decisión de vacunación y actuará como un detonante para tomar medidas relacionadas con la seguridad. Por lo tanto, en muchos países europeos, las dudas sobre la vacunación contra el Covid-19 son un tema constante:

• Miedo a efectos secundarios desconocidos a largo plazo (Polonia: 41,1% de los encuestados, efectos secundarios (Rusia: 59,8%; Polonia: 48,4%; República Checa) y reacciones alérgicas graves (Polonia: 33,2%) debido a información científica insuficiente e inapropiada. Los estudios (Polonia) y las preocupaciones sobre la eficacia o seguridad (Rusia: 61,5%; Rumania: 40%; República Checa) de la vacuna COVID-19 redujeron su uso.

• La preferencia por determinadas marcas de vacunas también puede influir en la voluntad de vacunarse. En un estudio polaco, entre las tres vacunas COVID-19 disponibles en el mercado en Europa en el momento del estudio, tanto la vacuna Pfizer BioNTech como la Moderna obtuvieron un alto nivel de confianza en el grupo encuestado.